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                  | INTEGRAL GIROSCÓPICO. |   
                  |  |   
                  |  
                      
                         
                          |  | Integral Giroscópico Haya. |   
                          |  | Interior de una cabina de avión 
                            con el Integral Giroscopico Haya en el centro. |   
                          |  | Panel de instrumentos del "Cuatro Vientos" con los indicadores de motor y 
combustible: brújulas, integral de vuelo, altímetro, variómetro, velocímetro y además los mandos de radiador y
trasvase de combustible. |   
                          |  | El Teniente Coronel Herrera examina 
                            el Integral de Vuelo Haya junto a un técnico 
                            alemán y el ingeniero sr. Escribano. |   
                          |  | Artículo sobre el Integral publicado por el diario AS el 18 de Octubre de 1.932. Primera página. Fotografía del Integral y fotografía de avión volando con capota. |   
                          |  | Artículo sobre el Integral publicado por el diario AS el 18 de Octubre de 1.932. Segunda página. Fotografías de presentación del Integral con Herrera y detalle de cabina con capota. |   
                          |  | Carlos de Haya y sus alumnos del segundo curso de Vuelos sin Visibilidad Exterior. Foto firmada por los asistentes. |   
                          |  | Carlos de Haya y sus alumnos del tercer curso de Vuelos sin Visibilidad Exterior. Foto firmada por los asistentes. |   
                          |  | Relato de Muntadas sobre la ayuda que le ofreció Carlos de Haya gracias a su integral. |   
                          |  | Cubierta de la patente del Integral Giroscópico "Patente Haya" de 1933. |   
                          |  | Planos para la solicitud de patente del Integral Giroscópico. |   
                          |  | Anotaciones del Capitán Haya sobre multiples aspectos del vuelo instrumental, visual, nocturno y experimentos personales. |   
                          |  | Portada cuadernillo para impartir cursos de vuelo sin visibilidad con pensamiento del Capitán Haya. |   | Carta de un estudiante de Aviación en California en el año 1933. En este año, ya se conocía el Integral Giroscópico en Estados Unidos. |  |   
                  | 
                       
                        | Pulsa sobre las fotografías para 
                          ampliarlas. |    |   
                  | LA CREACIÓN DEL INTEGRAL. |   
                  |  
                       El mismo decía 
                        de su invento que era una cosa muy sencilla, “el 
                        huevo de Colón”, juntar dos cosas sencillas 
                        y completar una idea simple y utilísima. Naturalmente 
                        que desde el primer ejemplar hasta los últimos, 
                        el Integral Giroscópico, que es como él 
                        gustaba llamarlo, sufrió algunas modificaciones 
                        poco importantes y fue evolucionando en aspecto y mejorando 
                        su presentación y adaptación a los paneles 
                        instrumentales en los que tenía que ir montado.  La mejor descripción del Integral, 
                        nos la ofrece un artículo, cómo no, de nuestra 
                        Revista Aeronáutica de marzo de 1933, que lamentablemente 
                        no aparece firmado, aunque es indudable que la información 
                        la proporciona alguien muy conocedor del vuelo instrumental. 
                        En él se explican con claridad las necesidades 
                        de instrumentación e indicaciones para el vuelo 
                        en todo tiempo, con una sencillez que no podríamos 
                        mejorar hoy día, en tiempos de las cabinas de cristal 
                        o Glass Cockpits, con sus EFIS (Electronic Flight Instrument 
                        System), ECAMS, FADEC y demás instrumentos presentados 
                        a través de CRT´s.  “Basado el vuelo sin visibilidad 
                        en la necesidad de sustituir las sensaciones oculares 
                        que permiten al piloto darse cuenta de la posición 
                        de su aeroplano, respecto al horizonte, por la lectura 
                        de las indicaciones suministradas por instrumentos que 
                        señalen esta misma posición, y las variaciones 
                        que ésta sufra, con relación a diversos 
                        ejes, su técnica ha evolucionado lentamente debido 
                        a la necesidad de idear y poner a punto aparatos delicados 
                        y sensibles, cuyas indicaciones han de ser a la vez, exactas 
                        y claras; sin que hasta el momento presente pueda considerarse 
                        este problema como definitivamente resuelto. Actualmente 
                        el pilotaje de un avión sin visibilidad exterior, 
                        exige atender a los siguientes instrumentos: Estabilidad de Ruta . . . . . . . . . . 
                        . . . . . . . . . . . Indicador de Viraje Brújula Estabilidad lateral . . . . . . . . . . 
                        . . . . . . . . . . . Nivel transversal de bola Estabilidad longitudinal . . . . . . . 
                        . . . . . . . . . . . . . . VariómetroAnemómetro
 Nivel de pendiente longitudinal
  Numerosos vuelos nocturnos y de larga 
                        distancia, entre los cuales destacan sus records internacionales 
                        sobre base de 2.000 y 5.000 km (de los que conserva este 
                        último) y el de Sevilla a Bata (Guinea), apreció 
                        la necesidad de resolver el problema del vuelo sin visibilidad, 
                        y tuvo ocasión de practicar repetidamente el empleo 
                        de los instrumentos que servían para facilitarlo, 
                        llegando a concebir uno más completo y perfecto, 
                        cuya idea ha fraguado en la construcción del integral 
                        giroscópico que lleva su nombre”.  “ En la esfera de este instrumento 
                        aparece un pequeño aeroplano proyectado sobre un 
                        fondo en que están representados el cielo y la 
                        tierra, separados por una barra que hace las veces de 
                        horizonte artificial. La figura del avión se desplaza 
                        a un costado u otro, sube, baja y se inclina lateralmente 
                        en la misma forma que el aeroplano sobre el que vaya montado 
                        lo haga respecto al horizonte natural. De esta manera 
                        el piloto a la vista solamente de este instrumento puede 
                        accionar sobre sus mandos del mismo modo que cuando ve 
                        el horizonte mismo”.  “El Integral Giroscópico 
                        que describimos está constituido por los siguientes 
                        elementos: 1. Un horizonte artificial giroscópico, 
                        por medio del cual se conoce la inclinación longitudinal 
                        y la inclinación lateral del avión.2. Un giróscopo de dos grados de libertad (indicador 
                        de viraje), que acusa los desplazamientos laterales del 
                        avión.
 3. Un nivel de bola, frenado por líquido, que permite 
                        conocer si el viraje es o no correcto.
  “El horizonte artificial está 
                        constituido por un giróscopo de tres grados de 
                        libertad, que acciona una barra, la cual materializa el 
                        horizonte natural. La rotación de este giróscopo 
                        se obtiene por la depresión obtenida en el interior 
                        del cárter por medio de dos aspiradores de trompa 
                        de Venturi, que obligan a que el aire penetre en forma 
                        de chorro violento, golpeando sobre los álabes 
                        de la trompa, lo cual determina la rotación rápida 
                        de ésta. La construcción de este horizonte 
                        artificial permite acusar elevaciones y picados del aeroplano 
                        hasta 60 grados e inclinaciones laterales de 100 grados 
                        a un lado y otro de la horizontal.  El indicador giroscópico de viraje 
                        lo forma una trompa giroscópica que gira en una 
                        caja longitudinal montada sobre bolas, la cual tiende 
                        a inclinarse a derecha e izquierda cuando el avión 
                        se desplaza a la izquierda o a la derecha. Esta caja por 
                        medio de una pequeña biela desplaza la figura del 
                        avión visible en el centro del instrumento en la 
                        misma dirección que lo haya hecho el aeroplano 
                        y por medio de un resorte vuelve al centro cuando éste 
                        vuelva en línea recta. La rotación de la 
                        trompa se obtiene del mismo modo por medio de la depresión 
                        que existe en el interior de la caja que une los dos giróscopos 
                        y por un inyector recibe un chorro de aire violento que 
                        golpea los álabes periféricos de la trompa, 
                        originando la rotación rápida de la misma.  “El nivel de bola, que sólo 
                        es de utilidad en los virajes para conocer el grado de 
                        inclinación del aeroplano con relación al 
                        que correctamente debe guardar, está constituido 
                        por un tubo de vidrio combado hacia la base, lleno de 
                        un líquido amortiguador, en el cual se mueve una 
                        bola de acero que obedece en la forma de un péndulo 
                        a las acciones simultáneas de la gravedad y de 
                        las fuerzas centrífugas de virajes que definen, 
                        como es sabido, la puede utilizar esta llave con objeto 
                        de poner en marcha separadamente los giróscopos, 
                        facilitando así la pronta utilización del 
                        mismo. “El dispositivo de aspiración 
                        tiene dos trompas aspiradoras de Venturi unidas con canalizaciones 
                        independientes de la caja del instrumento por cuyo medio 
                        se crea una depresión y la corriente de aire que 
                        mueve los dos giróscopos penetra por dos entradas 
                        distintas. Con sólo una de estas trompas basta 
                        en vuelo para mantener la marcha de ambos giróscopos.”  Para aquella época y también 
                        para ésta, la tremenda simplificación que 
                        suponía este auténtico Horizonte Artificial, 
                        mas Indicador de Virajes, se evidencia en estos comentarios 
                        sobre sus ventajas: - El conocimiento por un solo indicador 
                        de todos los movimientos que realiza el avión, 
                        de tal modo, que el piloto con una sola lectura puede 
                        darse cuenta de la postura en que vuela.- El tener un horizonte artificial semejante al natural, 
                        lo que permite que este instrumento pueda ser utilizado 
                        por un piloto cualquiera, sin necesidad de que haya seguido 
                        un curso, etc.
 - Aparte de la rapidez del entrenamiento y de la importante 
                        economía que por ello se obtiene, la gran semejanza 
                        del horizonte artificial de este integral giroscópico 
                        con el natural hace también aumentar la confianza 
                        del piloto y consigue que el vuelo sin visibilidad resulte 
                        a este tan agradable como cuando ve el horizonte natural.
 - Mide giroscópicamente la pendiente longitudinal. 
                        Por medio de una manecilla hace variar la postura de la 
                        caja, y, por tanto, la del pequeño aeroplano respecto 
                        al horizonte artificial, cuyas variaciones se miden de 
                        grado en grado hasta una inclinación máxima 
                        de subida o descenso. De este modo el piloto al volar 
                        va enrasando las alas del aeroplano con el horizonte artificial 
                        y para subir o bajar con una inclinación determinada, 
                        no tiene más que mover la manecilla colocándola 
                        en la división correspondiente al número 
                        de grados de subida o descenso que se quiera tomar, enfrente 
                        del índice que está marcado en la caja. 
                        Una vez efectuado esto le bastará seguir haciendo 
                        coincidir la figura del pequeño avión y 
                        el horizonte artificial, para asegurarse que el vuelo 
                        va efectuándose con el número de grados 
                        de inclinación que ha marcado el piloto.
 - Disminuye la fatiga y elimina el vértigo que 
                        proviene de la atención continua en los instrumentos 
                        de vuelo cuando no existe entre estos semejanza con el 
                        horizonte natural, lo que motiva que las sensaciones falsas 
                        de equilibrio que se reciben y que están muchas 
                        veces en contraposición con las indicaciones que 
                        dan los diversos instrumentos, originen una confusión 
                        en el cerebro, centro de nuestro sistema de equilibrio, 
                        lo cual produce el vértigo y la pérdida 
                        de confianza en las maniobras que hay que efectuar.
 - Este instrumento es doblemente seguro respecto a cualquier 
                        otro giróscopos corriente, pues basta que funcione 
                        uno solo de los giróscopos para que con el otro 
                        pueda seguir su vuelo normalmente combinándolo 
                        con los demás indicadores. De este modo, si el 
                        horizonte artificial no funcionase por algún motivo, 
                        el pequeño avión figurado se utilizaría 
                        como un indicador de virajes, y en combinación 
                        utilizaría como un indicador de virajes, y en combinación 
                        con el nivel transversal de bola y demás instrumentos 
                        podría seguir el vuelo sin visibilidad; y si el 
                        indicador de virajes fuese el averiado continuaría 
                        el vuelo por medio del horizonte artificial y la brújula. 
                        Esta condición de seguridad, que debe exigirse 
                        en los instrumentos giroscópicos de vuelos sin 
                        visibilidad, es sumamente importante, porque si el piloto 
                        que vuela en estas condiciones sufriese alguna avería 
                        en aquellos, terminaría en una barrena abierta 
                        como se ha demostrado teórica y prácticamente. 
                        El vuelo sin visibilidad cuenta ya con algunos accidentes 
                        por dicha causa, y en este instrumento esta condición 
                        de seguridad ha sido estudiada cuidadosamente, pudiendo 
                        decirse que hoy día es el indicador para vuelos 
                        sin visibilidad que más condiciones de seguridad 
                        reúne.
   |   
                  | LA MAYOR SIMPLICIDAD |   
                  | El modo de empleo de este 
                      instrumento es sumamente sencillo. El piloto, con el movimiento 
                      necesario de los mandos, debe procurar que el pequeño 
                      aeroplano del integral de cuelo conserve, con respecto a 
                      la barra que representa el horizonte, la postura correcta 
                      para ejecutar el movimiento que desea, según aparece 
                      en la figura que ilustra estas páginas, en la que 
                      pueden verse las diferentes indicaciones que suministra 
                      el integral durante las principales evoluciones del avión. 
                      Los movimientos que hay que efectuar con los mandos son 
                      los mismos que se harían si se observase el horizonte 
                      natural.  La sensibilidad del instrumento puede graduarse 
                      por medio de la llave que regula la entrada de aire a los 
                      giróscopos, evitándose así, que las 
                      indicaciones sean desproporcionadas a los movimientos que 
                      realiza el avión.  Los demás indicadores de a bordo 
                      se utilizan de la misma manera con el integral giroscópico 
                      que cuando se vuela normalmente.  El integral de vuelo “Haya” 
                      ha sufrido ya numerosas pruebas en vuelo, durante el curso 
                      de las cuales ha puesto de manifiesto las grandes ventajas 
                      anteriormente descritas, demostrando que es un aparato perfectamente 
                      puesto a punto y en condiciones de prestar una espléndida 
                      ayuda a la navegación sin visibilidad exterior.  En fecha tan temprana como el 5 de junio 
                      de 1929, tiene nuestro hombre anotado un vuelo de Cuatro 
                      Vientos a Sevilla y de allí a Los Alcázares 
                      en los que figura la información “Vuelos con 
                      aparatos de experimentación”. Poco más 
                      tarde, a finales de 1930 y comienzos del 31, ya está 
                      experimentando con el más primitivo Integral montado 
                      a bordo del Loring R-III, biplaza de reconocimiento adaptado 
                      al vuelo instrumental, en vuelos continuos “con caperuza” 
                      y metido en nubes.   |   
                  | EXPERIMENTACION PERSONAL |   
                  | En el Primer Curso de Vuelo Sin Visibilidad, 
                      en noviembre de 1931, para los profesores de la Escuela 
                      de Pilotaje de Alcalá de Henares, Haya, como Profesor 
                      de vuelo sin visibilidad de la escuela, continúa 
                      utilizando y perfeccionando el integral ya montado en dos 
                      aviones Loring R-III y dos De Havilland DH-9 Hispano. Realiza 
                      “sin perjuicio del servicio” el Raid Sevilla-Bata 
                      el 24 de diciembre de ese año, pero en abril de 1932 
                      ya está de nuevo llevando adelante el 2º Curso 
                      de VSV en Cuatro Vientos y Alcalá de Henares para 
                      alumnos. En mayo y junio continúa realizando vuelos 
                      en capucha y nubes, investigando personalmente la salida 
                      de posiciones anormales y barrenas con el empleo del integral, 
                      técnica que él mismo describe en otro texto 
                      que más adelante citaremos, y que él contribuyó 
                      a diseñar y perfeccionar.  También investiga la técnica del despegue 
                      con caperuza, le dedica numerosos vuelos a la “entrada 
                      en barrena y establecimiento”, a bordo del HD-9.166, 
                      llevando como observadores y pilotos de vigilancia al Comandante 
                      Jordana, y frecuentemente a Ferreiro, Llorente, Azcárraga, 
                      Muñoz, Pazó y Vela.  Las pruebas finales con el Integral Giroscópico 
                      se llevaron a cabo del 10 de noviembre del 32 al 22 del 
                      mismo mes, utilizando el Loring R-III.88 y a partir del 
                      9 de diciembre con Pazó para presentar el Integral 
                      ante la Comisión Examinadora nombrada al efecto. 
                      Ese mismo día vuela 25 minutos más en el R-III.88 
                      con el Teniente Ponte y durante el resto del mes 32 vuelos 
                      más en Sevilla con los Capitanes Gudín, Ordiales, 
                      De Arce y Con el Comandante Barrón.  Una vez que el Integral Giroscópico estuvo “certificado” 
                      y en proceso de obtención la patente correspondiente, 
                      que solicitó y obtuvo a través de la empresa 
                      Telmar de Madrid (que más tarde pasó a ser 
                      propiedad de Marconi), comenzó a montarse en diferentes 
                      aeroplanos y a suscitar el interés de propios y extraños.  La Marina de Guerra a finales de febrero de 1933 manifiesta 
                      su interés en el instrumento para ser montado como 
                      dotación en los hidroaviones de la Escuadrilla Martynside, 
                      y se piensa en la posible aplicación del integral 
                      a la instrumentación de los submarinos para su uso 
                      en inmersión.   |   
                  | PRUEBAS EN LA AVIACION NAVAL |   
                  | Como fruto de esas inquietudes, en diciembre 
                      de 1933 aparece en la Revista General de la Marina, noticia 
                      sobre el Integral Giroscópico “Haya”, 
                      en el cual detalla el indicador citado por el aviador español 
                      para el vuelo “ciego”, y que suministra al “conductor 
                      de un aeroplano indicaciones para conocer en todo momento 
                      la posición de su aparato con respecto a la vertical 
                      verdadera y corregir, por tanto, las anormalidades, que 
                      de otro modo le serían desconocidas”. Hace 
                      a continuación una breve pero precisa descripción 
                      del instrumento.  Pero no cabe duda que el interés de la Marina pro 
                      el Integral no era superficial, como se demuestra por las 
                      pruebas que el Teniente de Navío Aviador Antonio 
                      Alvarez-Osorio realizó personalmente con Carlos de 
                      Haya, y cuyo informe, curioso y muy detallado y explícito, 
                      aparecía en la Revista General de la Marina de abril 
                      de 1934.  El texto comienza con la transcripción de ciertos 
                      párrafos de un informe elevado a la Dirección 
                      de Aeronáutica Naval por la Base Aeronaval de San 
                      Javier en la que se clarifica la necesidad de lo que entonces 
                      se llamaba en instrumentos un Controlador de Vuelo, que 
                      agrupase las indicaciones que entonces se ofrecían 
                      al piloto a través de grupos de 6 a 8 o más 
                      instrumentos, llenos de escalas numeradas, circulares o 
                      lineales, dispersas y diferentes. La lectura e interpretación 
                      rápida y frecuente de todos estos indicadores era 
                      una labor sobrehumana, que llevaba al cansancio frecuente 
                      y rápido del piloto, así como a cometer errores 
                      que en ciertos casos, cuando el avión se encontraba 
                      dentro de una masa de nubes importante y continúa, 
                      podía llevar a consecuencias irreparables.  A continuación explicaba las maniobras y las correspondientes 
                      indicaciones observables durante las mismas, así 
                      como las perturbaciones que son normales al volar con instrumentos, 
                      como los derrapes, resbales de ala etc. Todo ese cúmulo 
                      de indicaciones diversas a las cuales había que atender 
                      casi simultáneamente apuntaba a la necesidad de un 
                      instrumento integrado, sencillo, que presumiera la mayoría 
                      en una sola presentación. Seguidamente explica las 
                      ventajas e inconvenientes del Controlador “Pioneer”, 
                      del Horizonte “Speerry” y finalmente del integral 
                      Giroscópico “Haya”.  Con ese último se consigue:  “1. Conocer el ángulo de picado o encabritado 
                      de 0º a 30º.2. La inclinación lateral hasta 100º, dando 
                      la cuantía la graduación superior de la esfera.
 3. El viraje que está haciendo el avión; la 
                      inclinación alrededor de los tres ejes del espacio 
                      y además por el inclinómetro a bola, si el 
                      viraje es correcto. Permite igualmente por el ajuste del 
                      botón graduado, hacer planeos o ascensos sirviéndose 
                      del horizonte artificial, de 0º a los 12º, pudiéndose 
                      ampliar estos límites sencillamente.”
 |   
                  | LA MAYOR VENTAJA |   
                  | Según Alvarez-Ossorio “La 
                      ventaja grande de este controlador es resumir todas las 
                      indiciaciones en un solo indicador; por lo tanto, la reunión 
                      de estos datos para interpretarlos (Trabajo mental que cansa); 
                      pero sobre todo, la sencillez de expresión de este 
                      indicador único, ya que es igual que continuar viendo 
                      el capot del avión. Parece suprimir, por tanto, la 
                      necesidad del largo aprendizaje del vuelo ciego y desde 
                      luego debe dar más confianza por su sencillez e incluso 
                      evitar una posible desmoralización del piloto por 
                      excesiva fatiga en un largo vuelo adverso.  Los comentarios que el Teniente de Navío Alvarez-Ossorio 
                      plasma en su informe sobre las pruebas en vuelo con el integral 
                      son el mejor y más detallado relato de un vuelo instrumental 
                      usando aquel artilugio, que sin embargo, simplificaba tremendamente 
                      el trabajo del piloto, constituyendo un precedente directo 
                      y genial de nuestros posteriores y actuales paneles instrumentales 
                      típicos para vuelo IFR.  El programa propuesto fue:  Primera prueba.- En cabina cerrada, el señor Haya, 
                      sin más controles de vuelo ciego que el totalizador 
                      Haya (en el doblemando, yo). Comunicación acústica. 
                      Deberá ejecutar el vuelo a las órdenes del 
                      acústico. Vuelo recto. Vuelo en ascenso. Vuelo en 
                      Planeo. Virajes en plano horizontal. Virajes en planeo y 
                      ascenso. Espiral en planeo. Tantear algunas acrobacias de 
                      posición.  Segunda prueba.- Capitán Haya en el doblemando 
                      al descubierto. Yo, en cabina cerrada (a ser posible hasta 
                      llegar a ejecutar el programa anterior).
 Preparado el 31 de enero (se refiere a 1934) un avión 
                      en el aeródromo de Cuatro Vientos, acordé 
                      que antes de cerrar en vuelo la capota efectuase el Capitán 
                      Haya el reglaje de colocación longitudinal y lateral 
                      del instrumento. Una vez listo se cerró la capota, 
                      efectuando absolutamente todas las pruebas acordadas, incluso 
                      cinco “falso looping” alternativamente a un 
                      costado y otro. Todo a mi entera satisfacción.
  No hubo necesidad de alterar el reglaje de sensibilidad 
                      del indicador giroscópico ni de los resortes que 
                      verifican el retorno del aeroplanito a su centro.
  Al despegar, ya el controlador funcionaba (se colocaron 
                      los Venturis en la corriente de la hélice), por lo 
                      que puede ser factible el despegue en niebla cerrada o noche 
                      sin referencias exteriores en aviones de buen reglaje. Ordené 
                      en diversas ocasiones ceñir los virajes, constándome 
                      haber pasado de los 45º de inclinación lateral; 
                      esto con objeto de comprobar si las aceleraciones o fuerza 
                      centrífuga perturbaban algún giróscopo, 
                      en cuyo momento faltaría la referencia suministrada 
                      por él y se perturbaría la maniobra. Los virajes 
                      se hicieron siempre correctamente, lo que pude comprobar 
                      no sólo por mi visibilidad exterior, sino por un 
                      controlador Aéreo que yo llevaba en mi cabina ... 
                      Después de una hora aproximadamente de vuelo se tomó 
                      tierra.  Por la tarde se verificó la segunda prueba. He 
                      de hacer constar que las condiciones en que se hicieron 
                      no fueron óptimas, pues yo desconocía en absoluta 
                      aquél avión y, por lo tanto, su maniobra, 
                      sus peculiaridades, mejor dicho, por lo que toda maniobra 
                      me la tenía que regir en absoluto el controlador, 
                      hasta al menor movimiento. También he de hacer constar 
                      que dicho avión posee ciertas peculiaridades independientes 
                      de la maniobra que me perjudicarían la conducción 
                      del avión, como, por ejemplo, la enorme importancia 
                      que el par giroscópico de las piezas en movimiento 
                      del motor (principalmente cigüeñales, etc.) 
                      tiene, perturban mucho en los virajes (picando y encabritando 
                      al virar a derecha o izquierda, respectivamente) y en segundo 
                      lugar, la tendencia de dicho avión a irse a la izquierda, 
                      que precisa para su enmienda la continua presión 
                      en el pedal derecho.  Ocupé el mando del puesto delantero, despegando, 
                      volando y aterrizando con independencia.  Una vez tanteado brevemente el comportamiento en el aire 
                      del avión, cerré la capota, empezando el vuelo 
                      sin visibilidad. Los primeros minutos fueron de franca desorientación, 
                      no por deficiencia del indicador, sino mía, por no 
                      estar habituado a las correcciones necesarias a aquel aeroplano 
                      para rectificar cualquier anormalidad registrada por el 
                      controlador. Más tarde fui haciéndome con 
                      el avión hasta corregir aceptablemente las desviaciones. 
                      El manejo del controlador me resultó sencillo y agradable. 
                      Finalmente, me propuso por el aviófono el señor 
                      Haya una prueba, que por lo interesante acepté. Esta 
                      fué: avisarme que cerrase los ojos a la vez que abandonaba 
                      los mandos; tomarlos estos él, verificando varios 
                      movimientos continuos anormales, con objeto de anular mis 
                      reflejos y posible sentido de la orientación; dejar 
                      el avión en posición notablemente incorrecta 
                      avisándome que restableciese. Mi interés en 
                      el resultado de la prueba eran garantías del cumplimiento 
                      por mi parte de sus indicaciones. Cuatro veces repitió 
                      la prueba para distintas posiciones, y en los cuatro momentos 
                      me bastó una rápida ojeada al controlador 
                      para darme idea de la posición del avión, 
                      efectuando la corrección rápidamente.  Próximamente a los treinta y cinco minutos de vuelo 
                      abrí la capota, emprendiendo el regreso al aeródromo, 
                      dando por terminadas las pruebas del día. |   
                  | LA PRECISION DE UN OFICIAL DE MARINA |   
                  | La tercera prueba, de vuelo entre nubes, 
                      se realizó al día siguiente, 1º de febrero 
                      (1934).  Alcanzamos los 2.000 metros a que se encontraba el mar 
                      de nubes, nos metimos en ellas en vuelo horizontal y con 
                      la capota descubierta. Las nubes eran cúmulos y cúmulosstratos 
                      a veces de grandes extensiones. El controlador marchó 
                      perfectamente. El vuelo aparecía tan sencillo como 
                      con horizonte visible y es posible que más perfecto 
                      por la extrema sensibilidad de los controladores giroscópicos. 
                      Posteriormente se hicieron ascensos, planeos y algún 
                      viraje. No parece cansado el vuelo, dado el no tener que 
                      efectuar ningún cálculo mental, sino sólo 
                      ver la posición del aeroplanito sobre el índice 
                      y horizonte análogamente al vuelo con horizontes 
                      visibles.  Estoy, pues, plenamente satisfecho del funcionamiento 
                      del controlador Haya, máxime por no precisarse instrucción 
                      para su empleo y por la máxima sencillez con que 
                      da idea de la posición del avión, lo que significa 
                      una corrección muy rápida, cualidad de importancia 
                      en los hidros y aviones pesados, donde un retardo en la 
                      apreciación de la normalidad de la posición 
                      puede tener fatales consecuencias. A los quince minutos 
                      de vuelo en nubes se dio por terminada la prueba.  Acordada una cuarta experiencia, con el fin de apreciar 
                      en la más absoluta realidad el comportamiento del 
                      aparato Haya en viaje, y el grado de cansancio que pudiera 
                      producir su uso prolongado, el 3 de febrero (del mismo año), 
                      recibido el parte meteorológico, que acusaba un viaje 
                      en medianas condiciones, despegamos del aeródromo 
                      de Cuatro Vientos a las diez horas y diecisiete minutos, 
                      con rumbo directo a Albacete.  A poco de salir cerré la capota, emprendiendo el 
                      vuelo sin visibilidad. Próximamente a los veinte, 
                      minutos de vuelo, el señor Haya, que actuaba de navegante, 
                      corrigió la deriva producida por un fuerte viento 
                      de través, dándome el nuevo rumbo, que conservé 
                      siempre en vuelo ciego hasta Albacete. Llegamos a este punto 
                      a las doce horas cinco minutos, y dado que no experimentaba 
                      cansancio alguno después de una hora cuarenta y ocho 
                      minutos vuelo sin visibilidad y considerando suficientemente 
                      probado dicho controlador en vuelo de navegación, 
                      abrí la capota, continuando el vuelo en estas condiciones 
                      hasta rendirlo en la Base Aeronaval de San Javier a las 
                      trece horas diez y nueve minutos.  A pesar del mal tiempo reinante en toda la ruta, frío 
                      intensísimo y tiempo de “meneos”, y a 
                      pesar de lo naturalmente incómodo de la conducción 
                      bajo capota en tan largo tiempo, el pilotaje me resulta 
                      sencillo, seguro y, como dije, nada cansado. Tengo por seguro 
                      que el pilotaje con otro controlador, y por la necesidad 
                      de ir traduciendo sobre los mandos el resumen de varios 
                      indicadores me hubiera resultado menos agradable y sobre 
                      todo más fatigoso. 
 |   
                  | UN INFORME IMPECABLE |   
                  | Con toda la exactitud y la meticulosidad 
                      de un perfecto oficial naval, Alvarez Ossorio, como resumen 
                      de sus experiencias, no encontró en el Integral ningún 
                      defecto básico o fundamental, ni observó ningún 
                      defecto de aplicación, a pesar de que le hizo una 
                      sugerencia práctica al señor Haya, y discutieron 
                      sobre la posibilidad de añadir una curva para mejorar 
                      la presentación en unas posiciones determinadas. 
                      Haya había previsto esa posibilidad y de momento 
                      prefiere la solución de disminuir la sensibilidad 
                      del giro-rector. También observa la gran utilidad 
                      para los hidroaviones y aviones pesados, pudiendo denotar 
                      rápidamente cualquier anormalidad en la posición 
                      del “aparato volador”, así como para 
                      mantener la estabilidad al utilizar un visor de bombardeo. 
                      Llevando incorporadas todas las indicaciones luminosidad 
                      suficiente, la utilidad para el vuelo de noche es así 
                      mismo enorme. Finalmente, la breve instrucción requerida 
                      para su uso le pareció una ventaja admirable a la 
                      par que le pareció no precisar en este caso el reentrenamiento 
                      indispensable en los demás controladores, para no 
                      perder el hábito de su uso.  Así terminaba el curioso y detallado informe del 
                      Teniente de Navío Antonio Alvarez Ossorio, marino 
                      que poco después sería muy notorio por su 
                      participación en la polémica escrita mantenida 
                      a través de la Revista Aeronáutica, sobre 
                      la Aviación Independiente, contestada en la Revista 
                      General de la Marina y otros órganos de prensa del 
                      momento, y en la cual participaron ilustres aviadores.  El primer folleto anunciando el Integral Giroscópico 
                      de Vuelo “Haya”, está editado en Madrid 
                      en 1933 por la casa Telmar y contiene una fotografía 
                      de la primera versión del instrumento, junto con 
                      una breve y sencilla descripción general y técnica, 
                      un esquema de las indicaciones más normales en 25 
                      posiciones de un avión equipado con el Integral, 
                      así como las ya citadas ventajas del mismo.  A partir de febrero de 1935, se publica un anuncio mensual 
                      en la Revista Aeronáutica del Integral Haya. En él 
                      aparece una fotografía de la primera versión 
                      del Integral, así como el esquema de las posiciones 
                      indicadas posibles. Ese anuncio estuvo saliendo invariablemente 
                      durante todo el año 35 incluido diciembre. En enero 
                      de 1936 comienza a plasmarse en la misma revista un anuncio 
                      promocionado por Marconi Española, que había 
                      recogido la patente concedida por el inventor a la firma 
                      Telmar. En este se puede observar una foto de una versión 
                      del instrumento más modernizada, con una presentación 
                      atractiva y práctica, pero conservando su gran sencillez 
                      y limpieza de diseño. El último anuncio apareció 
                      en el número de julio de 1936.   |   
                  | APLICACIONES DEL VUELO INSTRUMENTAL |   
                  | Como resumen del pensamiento tan práctico 
                      de Haya sobre el tema del vuelo instrumental apoyado en 
                      su instrumento integrador, citamos aquí algunas conclusiones 
                      y las sabias observaciones que hacía en su artículo 
                      sobre Vuelo sin Visibilidad de mayo de 1935.  Después de hacer un breve repaso a los primeros 
                      giróscopos aplicados al vuelo desde los comienzos 
                      mismos de tal actividad, se detiene en los primeros vuelos 
                      sin visibilidad realizados en España a partir de 
                      1927. Pese a que emplea continuamente una modesta primera 
                      persona del plural, sabemos que él era quizá 
                      el motor de casi todas las iniciativas sobre el asunto. 
                      Se extiende en las ventajas que para una Fuerza Aérea 
                      tiene la posibilidad del vuelo todo tiempo y pasa a glosar 
                      las diferencias entre el vuelo sin visibilidad y el vuelo 
                      con instrumentos pero en condiciones reales de nubes, niebla 
                      o noche cerrada. Describe los primeros vuelos norteamericanos 
                      en condiciones de mal tiempo, especialmente las durísimas 
                      experiencias meteorológicas de los pilotos del Correo 
                      Aéreo norteamericano así como las primeras 
                      demostraciones de despegue y aterrizaje dentro de la capucha, 
                      realizadas por el Teniente James H. Doolittle, así 
                      como las llevadas a cabo por el Capitán A.F. Hegenberg 
                      dentro de la “capota”.   |  
                  | PIONEROS EN ESPAÑA |   
                  | Alaba la disposición del tablero 
                      americano de instrumentos, por la fiabilidad que le asignaba 
                      al sistema mixto y relata como se concibió en España 
                      en 1927 un panel de instrumentos similar a aquél, 
                      explicando sus ventajas y citando su empleo en el vuelo 
                      Sevilla-Guinea del Breguet 71, comprobando su facilidad 
                      de uso “pues nos permitió volar toda la noche 
                      con escasa visibilidad sin fatiga alguna.  Se extiende Haya en la descripción de los instrumentos 
                      de altimetría, los diferentes anclajes de los tableros 
                      y su amortiguación, la exactitud de los indicadores 
                      e incluso uno de los primeros Pilotos Automáticos 
                      de concepción inglesa. A continuación relata 
                      varios accidentes ocasionados por una falta de adecuados 
                      conceptos en el vuelo instrumental y en nubes.  En cuanto al tablero y al precioso instrumento que él 
                      había ideado, al compararlo con otros más 
                      complicados observa:  “Estos tableros con tantos instrumentos, el efecto 
                      que produce el mirarlos no puede ser más escalofriante 
                      y capaz de atemorizar al piloto más audaz. Con razón 
                      un técnico francés en “Les Ailess” 
                      llama a este modo de pilotar hacer el “Hombre-Orquesta”. 
                      A estos tableros, que son modelo de cariño y de estudio, 
                      les falta una cualidad para ser perfectos, y es la sencillez, 
                      sin cuya cualidad el vuelo sin visibilidad no dejará 
                      de ser una complicación.  Es necesario simplificar más el vuelo sin visibilidad, 
                      sin perder la seguridad (se entiende), de forma que pueda 
                      ser practicado por todos los pilotos y deje de ser privativo 
                      de unos pocos. Hacia este punto de vista se tiende actualmente, 
                      y son numerosos los instrumentos giroscópicos que 
                      con el nombre de integrales tratan de conseguir que el vuelo 
                      sin visibilidad se realice en la misma forma que el vuelo 
                      con visibilidad.”  “Podemos decir que con uno de estos instrumentos 
                      (me refiero a los integrales giroscópicos) basta 
                      él solo para volar sin visibilidad, y los demás 
                      instrumentos, anemómetros, altímetros, se 
                      deberán utilizar en la misma forma que en el vuelo 
                      con horizonte natural; se ha suprimido, por consiguiente, 
                      ese “haz” de miradas que había que lanzar 
                      simultánea y constantemente a tantos instrumentos, 
                      y con los cuales sólo con un gran entrenamiento y 
                      una cabeza a “prueba de bomba” era posible sostener 
                      un vuelo sin visibilidad de alguna duración. Vamos 
                      a resumir diciendo que para volar sin visibilidad podemos 
                      hacer un buen cuadro de instrumentos de la mayor sencillez 
                      y aplicable a cualquier tipo de avión grande o pequeño, 
                      pues el problema del vuelo sin visibilidad para ambos es 
                      el mismo, con un integral giroscópico un altímetro 
                      de precisión (que suprime además el Variómetro) 
                      y los demás instrumentos de vuelo, anemómetros 
                      (protegidos contra la lluvia y el hielo) e indicadores de 
                      motor.”  El Integral Haya se utilizó en nuestra aviación 
                      hasta el comienzo de la Guerra Civil, durante la cual la 
                      mayor parte de los aviones empleados, tanto alemanes como 
                      italianos, rusos o franceses, no llevaban nada ni remotamente 
                      parecido a un Integral Giroscópico. Según 
                      fuentes no verificadas documentalmente, fue cedida la patente 
                      al Gobierno de la República Española por su 
                      autor en fecha no determinada anterior a la contienda, y 
                      la explotación del magnífico invento creemos 
                      que quedó truncada por el conflicto que asoló 
                      a Nuestra Patria del 36 al 39, a pesar de que estaba patentado 
                      y en regla su documentación.  La casa Sperry norteamericana, que producía diferentes 
                      instrumentos giroscópicos desde hacía años, 
                      no había sacado nunca al mercado un indicador tan 
                      sencillo y brillante como el Integral, y al poco tiempo 
                      de aparecer éste, comenzó a producir modelos 
                      más perfeccionados y básicamente similares 
                      al Integral Haya. 
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